El pasado 23 de noviembre fue de esos días que te pasan muchas cosas chulas a la vez. Viajar a Tenerife es siempre para mí motivo de muchas alegrías ya que, a parte de ser una declarada enamorada de la isla, son muchos los amigos a quienes adoro y admiro, casi como una segunda familia, que siempre me reciben con los brazos y el corazón abiertos de par en par. En esta ocasión deseaba más que nunca que aterrizara el avión (los que me conocéis ya sabéis que no soy nada amante de volar por los aires, soy más de tocar con los pies en el suelo, pero no hay mejor manera que vencer a tus miedos que echándoles cara y yo de este tipo de morro, la verdad es que tengo para un rato). Ahí me esperaban cuatro días llenos de actividad, próximamente os hablaré del III CONGRESO DE PATOLOGÍA BIO PSICO SOCIAL que tuvo lugar en la Universidad de la Laguna y al que me invitaron por tercera vez consecutiva como ponente.
El primero de los actos consistía en acompañar a mi queridísima amiga y excepcional psicóloga Tamara De la Rosa en la presentación de su nuevo libro «REINÍCIATE». El día empezó bien, con sol. Lo recalco porque los pobres tinerfeños saben que mi llegada viene siempre acompañada de la borrasca del siglo. En este caso nos respetó muy bien casi todos los días pero, como no, cayó alguna que otra gota para certificar mi presencia en la isla.
El acto tuvo lugar en El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife y os puedo asegurar que ahí no cabía ni un alma más. La aventura de REINÍCIATE se inició justamente en uno de los viajes que hice en el que Tamara me trasladó su deseo de escribir un libro, ante el cual no se me ocurrió otra cosa que soltarle un «ya estás tardando». Y la verdad es que lo ha hecho muy bien. Es un buen manual para darle a la tecla de «reset» y reiniciar todo el malware mental que tenemos programado de serie. No te va a solucionar la vida, te aviso (no compres nada que te lo prometa) pero sí que te va a sacudir lo suficiente para que empieces a redirigir ciertos pensamientos y actitudes hacia lo que realmente te hace sentir bien o, cuanto menos, mejor. Nos acompañó Manuel Artiles, periodista de Mírame TV, medio en el que Tamara colabora de forma habitual haciendo divulgación psicológica de la buena.
Os invito a que os adentréis en la lectura del libro, a que no os conforméis a seguir más o menos bien o incluso a resignaros a estar mal porque casi siempre hay algo que se puede hacer, está en tus manos. Entre tanto os dejo el prólogo que le escribí para esta nueva aventura de Tamara que estoy convencida que para nada será la última:
Confieso que me hace una ilusión especial escribir este prólogo. Por un lado, porque como psicóloga y autora de libros de divulgación me alegra tener entre las manos un nuevo manual que puede llegar a promover el cambio en quien lo lea y, de una manera u otra, contribuir a que sonría un poco más y a que sepa cómo manejarse cuando las lágrimas recorran sus mejillas. Por otro lado, y el más especial para mí sin ninguna duda, por la autora de las siguientes líneas a la que adoro y admiro. Me veo como una tía el día del bautizo de su sobrino. Déjame que te cuente el día del nacimiento de la criatura.
La primera imagen que viene a mi cabeza me lleva inmediatamente a un lluvioso día de octubre camino al Teide. Íbamos Tamara y yo en la parte trasera del coche mientras me contaba que estaba pensando en escribir un libro pero tenía sus dudas. Mientras la escuchaba vi el brillo en sus ojos e inmediatamente la animé a que se lanzara, a que pusiera en la balanza sus miedos y sueños a ver qué plato pesaba más. Su sonrisa la delató y esa decisión hizo posible que ahora y en este momento estés leyendo estas líneas. Curiosamente el nacimiento de este libro marca la dinámica del mismo, yo diría que del ser humano si me apuras. No se pretende hacer creer al lector que leyendo el manual será feliz, no creo que exista manual de la felicidad o que deba decirse a la gente qué hacer para conseguirla. No debe ser una meta, sino más bien una manera de llegar a ella.
Recuerdo ahora el viaje al Teide y la llegada al mismo. Ni siquiera lo pude ver porque cada vez que voy a Tenerife a ver a Tamara y a los maravillosos amigos que tengo en la isla, las borrascas deciden acompañarme en mi estancia; pero no te puedes ni imaginar cómo difruté el camino y la compañía. Creo que en la vida te sucederá lo mismo. Si te empeñas sólo en conseguir llegar hasta el final, quizás cuando llegues no encuentres lo que esperabas y todas tus expectativas se acaben convirtiendo en una gran frustracion. Lo que intenta Tamara y acaba consiguiendo en las siguientes líneas es que vivas cada uno de los momentos de la mejor manera posible a pesar de que a tu alrededor esté cayendo una verdadera ciclogénesis explosiva. En eso reside el secreto del bienestar emocional. Los buenos momentos los difrutarás tú solo, no necesitarás a nadie que te diga cómo hacerlo pero quizás sí necesites ciertas herramientas para hacer frente a esas dificultades que se te presentarán a lo largo del camino; éste es el objetivo de este manual.
La lectura del libro debería ser una toma de conciencia sobre cómo funciona nuestra mente en distintas situaciones, un autoconocimiento de nuestros procesos psicológicos, de nuestra manera de ver, percibir e interpretar los hechos que nos suceden. Tras eso no te quedará más remedio que aceptar que hay cosas que no se pueden cambiar pero también deberás comprometerte a hacerlo siempre que sea possible o bien a cambiar la actitud que adoptas ante ellas. Ahí reside la clave. No somos lo que nos sucede sino más bien la lectura que hacemos de todo aquello que nos pasa día tras día.
Te animo a que trabajes y no sólo leas las líneas posteriores, te recomiendo tener un lápiz y una libreta para poder ir anotando todo aquello que te caracteriza, lo que te identifica, lo que menos te gusta de ti así como los compromisos que quieres adquirir para mejorarlo. Tamara te ayuda con las herramientas pero las debes utilizar tú.
Recuerda que a tu alrededor es posible que no brille el sol todos los días pero de ti depende quedarte en casa lamentándote u organizar un plan B. Yo, por si acaso, cada vez que voy a Tenerife me llevo un paraguas, porque no me permito el lujo de que cuatro nubarrones me estropeen el plan. Si llueve, ponte el chubasquero…
POR CIERTO, ESTA VEZ EL TEIDE SE DEJÓ VER…
¡NUNCA TIRES LA TOALLA!
¡REINÍCIATE!